**¿Has jugado alguna vez el juego de las 20 preguntas?**
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**¿Qué sentido tendría que lo jugara un Dios que lo sabe todo?**
Las preguntas que Dios nos hace nos ayudan a saber lo que está en
su mente y corazón. Proveen oportunidades para que aprendamos a descubrir lo
que Dios nos haría ser y hacer.
Algunas veces pensamos que Dios existe sólo para responder nuestras preguntas
cuando estamos perplejos o cuando clamamos: "¿Por qué, Dios? ¿Por qué?" Pero
nos trastornamos cuando la respuesta no llega. Los motivos de Dios han sido
tan malinterpretados, que se ha arrojado mucho …
**¿Has jugado alguna vez el juego de las 20 preguntas?**
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**¿Qué sentido tendría que lo jugara un Dios que lo sabe todo?**
Las preguntas que Dios nos hace nos ayudan a saber lo que está en
su mente y corazón. Proveen oportunidades para que aprendamos a descubrir lo
que Dios nos haría ser y hacer.
Algunas veces pensamos que Dios existe sólo para responder nuestras preguntas
cuando estamos perplejos o cuando clamamos: "¿Por qué, Dios? ¿Por qué?" Pero
nos trastornamos cuando la respuesta no llega. Los motivos de Dios han sido
tan malinterpretados, que se ha arrojado mucho mal sobre él; de modo que no
nos maravillemos de que él prefiera iluminarnos a través de sus preguntas.
Por tanto, en este libro será Dios el que pregunte y aguarde una respuesta.
Por eso es de enorme importancia cómo cada persona responderá las preguntas
formuladas, pues cualquiera que haya leído la Biblia sabe que las preguntas de
Dios transforman vidas y pueden tener consecuencias eternas.
Así como los profesores no toman exámenes de lo que no han enseñado, así
Jesús, el gran Maestro, tiene la respuesta clave para una vida abundante.
Únete a Adán y Eva, a Elías, a Moisés, a Pedro, a Juan y a todos los demás
mientras encuentran respuestas para las preguntas de Dios. Luego, con oración,
respóndelas por ti mismo.
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