Este libro pretende encontrar la mejor fórmula de comunicar para y sobre el
desarrollo.

La cultura ligada al uso de las nuevas tecnologías ha transformado las formas
de adquirir conocimiento y de participar, pero

—¿se está produciendo un diálogo capaz de generar procesos inclusivos en el
ámbito del desarrollo?

—¿se está ayudando eficazmente a la lucha contra la pobreza, la exclusión y el
deterioro medioambiental? Prologado por Federico Mayor Zaragoza, en este libro
participan expertos en el análisis de la comunicación y el desarrollo (Cees
J.Hamelink), en las políticas de comunicación (Damián Loreti) y en las
aplicaciones de las nuevas tecnologías al desarrollo (Manuel Acevedo). También
otros autores que por su experiencia en agencias y organismos internacionales
(Mirta Lourenço), agencias nacionales (Ivar Evensmo) o autonómicas (Núria
Clotet), consultoras de comunicación (Marta Caravantes), medios de
comunicación (Paula Fray, Óscar Gutiérrez, Liz Ford), y expertos
universitarios (Olga del Río) aportan claves importantes en los retos que
enfrenta la comunicación y el desarrollo.

Nancy ha recibido un augurio: hay un beso en su futuro. Ella no sabe si creer en semejante profecía, ¿ese beso será de quien ella espera?

¡Qué asco los besos!

De la autora ganadora del premio Gran Angular 2012 por su novela Ojos llenos de sombra.

Nancy ha recibido un augurio: hay un beso en su futuro, y está inquieta porque Jonathan, su mejor amigo desde niños, ha dejado de ser el chico raro y un poco tonto de la infancia. Tiene que aceptar que se ha convertido en un galán muy simpático y... sí, se ha enamorado de él. Ahora tiene delante un futuro en el que no sabe si creer y un secreto en su presente que no se atreve a revelar a nadie.

Pero no es la única en su escuela que guarda un secreto, porque el amor es más complicado de lo que parece, la amistad está en juego y va a necesitar paciencia, buen humor y un poco de suerte para no salir lastimada. Y, claro, para llegar sana y salva al encuentro con aquel beso. Una historia que equilibra los sentimientos, el valor de la amistad y la tolerancia.

-Mensa. No se te olvida la cabeza porque de veras... -me dijo con una sonrisa mientras me aventaba el suéter a la cara.

-Es que tengo prisa -mentí descaradamente-. Quiero ver si todavía está la señora de las congeladas, ya ves que se va temprano...

-Mentirosa -respondió con esa sonrisa tan bonita que hacía que se me doblaran las rodillas.

-¡No es mentira! -quise reclamar, pero no se me ocurrió qué más decir. Él se rio. ¡Cómo me gusta su risa!

-Qué se me hace... que te gusta alguien...

Sentí frío. ¿Me habría cachado?

-Cómo crees, menso.

-¿Todavía no? Eres muy lenta, Nanny. Has de ser la única del salón que sigue pensando que los besos son pura baba y microbios.

Me dio calor en las mejillas pero fingí que guardar el suéter en la mochila era la actividad más importante del planeta.

-¡Te pusiste roja! ¡Sí te gusta alguien! -y empezó a hacerme burla como niño chiquito.

-Qué zonzo. Me dio asquito. Guácala eso de que te metan la lengua en la garganta para dejarte todos sus gérmenes.

-No la friegues, Nan. No sabes lo que dices. Ya te veré, ya te veré. Como te dijo la señora del tarot, Nanny: ¡hay un beso en tu futuro!

Una promesa, una boda, un viaje inesperado a Nueva York y... ¿un divorcio?

Beth consiguió hacer realidad ese sueño que tuvo de niña. Al final, su promesa se vio cumplida. Ella y sus mejores amigas, Las cuatro musas, se dieron el «Sí, quiero» con los hombres de los que estaban perdidamente enamoradas. O, al menos, eso fue lo que hicieron Lydia, Marta y Cris.

Killian se limitó a hacerle un favor a Beth pero, en ese acuerdo, había una contraprestación con la que ella no contaba. Killian ya le advirtió que, después de la boda, le iba a deber un favor, y uno muy grande: deberá pasar tres semanas con él en Nueva York, y lo descubrirá a su llegada a Madrid. La noticia no será bien recibida. Sin embargo, se lo debe. Killian se casó con ella. Está en deuda con él.

Estando en Manhattan, Killian, poco a poco, irá dejando de ser ese gran enigma que Beth nunca pudo descifrar. Descubrir que es el dueño de Ellis Design, una agencia de publicidad y marketing de éxito mundial, y que estaba comprometido con otra mujer, hará que su relación se desestabilice. Pese a ello, se necesitan. Ambos sienten que no pueden vivir el uno sin el otro, aunque ninguno de los dos esté dispuesto a reconocerlo.

Tres semanas, en las que vivirán y sentirán miles de emociones, en las que se dejarán llevar por esa pasión que los consume y no consiguen acallar, y en la que Beth irá descubriendo al verdadero Killian, a ese que habita bajo la piel, será el tiempo que tendrán para tomar la decisión más importante de sus vidas...

¿Continuarán con lo que comenzó de manera inesperada e inverosímil, sobre uno de los bancos de Parque del Retiro, o acabarán firmando los papeles del divorcio?