- Cuando yo era joven, ir solo al bistrot era uno de los primeros gestos de independencia.-
Marc Augé explora el gran teatro del bistrot y sus actores: camareros y clientes. Visto con los ojos del etnólogo, el bistrot es el reino de las relaciones -superficiales-, aquellas en las que la acción del intercambio importa mucho más que su finalidad. Un gran bistrot en su hora punta es un lugar rebosante de vida y de emociones en el que se habla para no decir nada, gestos apenas esbozados, miradas pasajeras. Espacio relacional pero también literario, como modelo de civilización que …
- Cuando yo era joven, ir solo al bistrot era uno de los primeros gestos de independencia.-
Marc Augé explora el gran teatro del bistrot y sus actores: camareros y clientes. Visto con los ojos del etnólogo, el bistrot es el reino de las relaciones -superficiales-, aquellas en las que la acción del intercambio importa mucho más que su finalidad. Un gran bistrot en su hora punta es un lugar rebosante de vida y de emociones en el que se habla para no decir nada, gestos apenas esbozados, miradas pasajeras. Espacio relacional pero también literario, como modelo de civilización que Francia ha exportado a todo el mundo, el bistrot no es solo una imagen, es un objeto del paisaje urbano que reivindica su propia historia, una geografía y a partir de ahora también su etnología.
Marc Augé, etnólogo y escritor, fue presidente de la École des Hautes Études en Sciences Sociales de 1985 a 1995. Es uno de los grandes antropólogos contemporáneos. Después de algunos trabajos dedicados al continente africano y de obras teóricas actualmente se dedica a la observación y al estudio de contextos más familiares.
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