El director general de esta obra, Noé Jitrik, ha llevado a cabo una vasta y continua labor crítica y literaria. Desde 1960 ha escrito numerosos trabajos, reunidos en libros publicados en la Argentina y en otros países, sobre autores y textos fundamentales de la literatura nacional y latinoamericana. También ha escrito poesía y relatos, teoría literaria e historia, así como notas periodísticas en diversas ciudades de América Latina. Le pertenece el plan original de esta obra. Concluye, con este volumen, un ambicioso proyecto que descansa sobre algunas convicciones. La primera de ellas es que lo que llamamos "literatura argentina" no …
El director general de esta obra, Noé Jitrik, ha llevado a cabo una vasta y continua labor crítica y literaria. Desde 1960 ha escrito numerosos trabajos, reunidos en libros publicados en la Argentina y en otros países, sobre autores y textos fundamentales de la literatura nacional y latinoamericana. También ha escrito poesía y relatos, teoría literaria e historia, así como notas periodísticas en diversas ciudades de América Latina. Le pertenece el plan original de esta obra. Concluye, con este volumen, un ambicioso proyecto que descansa sobre algunas convicciones. La primera de ellas es que lo que llamamos "literatura argentina" no sólo existe sino que es, además, un imponente conjunto semejante a una mina relativamente inexplorada pero llena de vetas valiosas y de una variedad muy grande de obras, realizaciones, intentos... En suma, un universo provocativo, un desafío al criterio que esta Historia aceptó y con el que se enfrentó durante casi dos décadas.
Para concretar esta magna obra se recurrió a lo mejor de la crítica literaria que el país podía ofrecer. Todos ellos comprendieron la idea que rige el proyecto y, cada uno en su tema –fueron más de trescientos–, dieron de sí esfuerzo, talento, paciencia y tenacidad. Quizás este volumen 12 haya sido el de más ardua elaboración; en parte por la enorme cantidad de material a considerar y en parte por la cercanía. No porque la cercanía no deje ver, sino porque quienes investigan podrían estar emocionalmente involucrados: una cosa es estudiar el nacimiento de un texto clásico, un Facundo, por ejemplo, y otra el de una novela de un contemporáneo, a veces incluso conocido o amigo y del que se espera lo que no se le pide a un remoto y consagrado autor. Se puede decir que el volumen sale airoso de esta dificultad y muestra en la originalidad de sus planteos que "se puede ver y mostrar" y que para que ello fuera posible actuó una competencia teórica y literaria excepcional.
Termina un proyecto y, como final, se expone a un sinfín de utilizaciones y sobre todo de juicios. A quienes tuvimos que ver con esta empresa nos movió la fe: esta literatura bien lo mereció.
Noé Jitrik
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