Como bien escribe el propio autor en la coda que cierra este libro de poemas, celebra en sus versos la vida, la música y el placer que supone admirar la armonía y la belleza que la naturaleza despliega ante nosotros a diario. Dice -son piel estas palabras y estos versos y es piel mía, lector, tu voz callada-. Pleno de sutiliza y de esencialidad, La piel profunda, se deshace en luz verso tras verso, dejando en el lector su huella: la sensación real de abrazar la armonía, la sencillez o la belleza. Es un libro luminoso en el sentido más …
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