Tercera entrega de la serie «Nuevos caminos» de Victoria Magno.
Unos protagonistas que enamoran y una historia de amor apasionante entre una prodigiosa cantante y un amigo de la infancia.
¿Darán una oportunidad al amor?
Jamás, en toda su vida, había oído una voz más hermosa, o con más sentimiento.
Las lágrimas acudieron a sus ojos al escuchar la canción favorita de su padre dedicada con tal maestría por esa chica, de la que hacía un par de horas no podía ni recordar ni el nombre.
Jason Zivon ha pasado la mayor parte de su existencia preocupándose por su familia. …
Tercera entrega de la serie «Nuevos caminos» de Victoria Magno.
Unos protagonistas que enamoran y una historia de amor apasionante entre una prodigiosa cantante y un amigo de la infancia.
¿Darán una oportunidad al amor?
Jamás, en toda su vida, había oído una voz más hermosa, o con más sentimiento.
Las lágrimas acudieron a sus ojos al escuchar la canción favorita de su padre dedicada con tal maestría por esa chica, de la que hacía un par de horas no podía ni recordar ni el nombre.
Jason Zivon ha pasado la mayor parte de su existencia preocupándose por su familia. La muerte de su padre marcó un antes y un después, pasando de ser un joven despreocupado a enfocar toda su fuerza y conocimiento en curar el cáncer. Su vida amorosa le tenía sin cuidado hasta que vuelve a encontrarse con Amy, la mejor amiga de su hermana menor, aquella chica tímida de rizos rebeldes y grandes gafas, que hacía tantos años se había conseguido colar en su corazón después de escucharla cantar.
Amy Taylor es considerada como una de las mejores y más exitosas cantantes del mundo. Superar el Asperger que ha marcado su vida ha sido duro, en especial cuando su carrera conlleva la fama y el tener que presentarse ante cientos de personas cada día. No obstante, a pesar de los obstáculos, Amy ha triunfado, consiguiendo brillar gracias a su voz, considerada incomparable, siendo reconocida a nivel mundial por su talento, así como por su belleza, lo que le ha hecho ganar cientos de admiradores. Sin embargo, su corazón siempre ha pertenecido a un solo hombre, Jason, de quien ha estado enamorada desde que era una niña. Él, en cambio, apenas era capaz de recordar su nombre.
Es por eso que Amy no podía concebir la idea de que él estuviera interesado en ella. Después de todo, Jason nunca había mostrado señales de que ella le importara más que para sacarla de quicio con las bromas que se gastaban mutuamente cada vez que se encontraban.
La prueba definitiva de sus sentimientos llegó junto con la noticia de su enfermedad. Ahora él debía demostrar no solo que haría todo lo que estuviera en sus manos para salvarla, sino que estaría a su lado de forma incondicional, sacando a relucir el gran ser humano que era y la sinceridad del amor que sentía por ella.
