El modelo de formación docente tradicional muestra hoy signos de
agotamiento. Las características de quienes aprenden, el modo en que se
organiza el aprendizaje y el oficio de la enseñanza, han cambiado
sustancialmente. Continuar con el actual sistema de formación sin pensar
en mejores modelos sería tan imprudente como intentar sanar una
enfermedad con los recursos y las medidas de higiene del siglo XIX.
Para
transformar la formación docente es necesario darle un nuevo sentido,
lo que produce mucha incertidumbre y reclama respuestas. Actualmente
casi la única certeza que tenemos es que lo que tenemos, como está, no
sirve. Y …
El modelo de formación docente tradicional muestra hoy signos de
agotamiento. Las características de quienes aprenden, el modo en que se
organiza el aprendizaje y el oficio de la enseñanza, han cambiado
sustancialmente. Continuar con el actual sistema de formación sin pensar
en mejores modelos sería tan imprudente como intentar sanar una
enfermedad con los recursos y las medidas de higiene del siglo XIX.
Para
transformar la formación docente es necesario darle un nuevo sentido,
lo que produce mucha incertidumbre y reclama respuestas. Actualmente
casi la única certeza que tenemos es que lo que tenemos, como está, no
sirve. Y para cambiar tenemos que pensar diferente, de forma disruptiva.
El
libro identifica experiencias que impulsan una ruptura con lo existente
y que nos hacen repensar la formación docente para que vuelva a estar
centrada en lo esencial del proceso de enseñanza. Un proceso que busca
enseñar a pensar, a sentir, a comprender, a conocer, a expresarse, a
buscar, a indagar y resolver problemas, a justificar, a trabajar en
colaboración, a respetar a los otros, a convivir en la diversidad.
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